Estaba muy claro que antes o después iba a comenzar el ataque masivo de desprestigio hacia el movimiento Democracia-Real-Ya desde los medios de comunicación del Poder.
Honrosísimas excepciones, pero el mensaje grueso, el que llega sin necesidad de reflexión, con imágenes y titulares en prensa y televisión, es que los que parecían unos revoltosos jóvenes de botellón se han mostrado como unos violentos del antisistema que van contra los mínimos derechos de la Democracia; “Han cruzado todas las líneas!” la famosa Línea Roja también, cómo no! Cuantas líneas hay para los explotados y que pocas para los explotadores!
Si se prescinde de ese “mensaje gordo y corto” del poder y se observa la información “no oficial” se comprobará que este movimiento es pacífico en su planteamiento inicial y en su desarrollo diario y que están creando más tensión los funcionarios del orden que los manifestantes indignados.
Si en una concentración de miles de ciudadanos un pequeño grupo trata de alterar el orden y se muestra violento, los funcionarios encargados de mantener el orden no pueden represaliar a todo el colectivo, ni por justicia ni por simple estrategia, de hacerlo solo se consigue favorecer la actitud y los fines del grupo violento los cuales solo conocen ellos, y quizás alguien más…
Este movimiento está demostrando su actitud pacífica en cada actuación. Para quien se interese por la verdad de los hechos hay innumerables vídeos en que se puede observar que ante cualquier actuación de agresividad o violencia, el colectivo la rechaza y trata de impedirla.
Es hasta tal punto clara la voluntad de los convocantes de las concentraciones de Democracia Real Ya que en sus recomendaciones llegan indicar, entre otras: “En caso de cordón policial, situarnos a unos dos metros de éste. No arrojar nada, ni siquiera papel, ya que puede ser malinterpretado.”
El movimiento de Democracia Real Ya es pacífico y así debe continuar para conseguir la unión de ciudadanos de tan diversa procedencia cultural, social e ideológica, que luchen unidos por la consecución de los fines que se proponen: Justicia económica, laboral, social…
Mañana estaré en la calle.
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